Desde hace un tiempo queríamos realizar un post contando el proceso de El Orisha de la Rosa, primer disco en solitario del eterno Magín Díaz pues suele ser una de las preguntas recurrentes cuando hablamos sobre el disco.
El diseño de este empaque comenzó con un correo de Daniel Bustos, filósofo y gestor cultural que había grabado un disco con toda el poder de la nueva y vieja guardia de la música colombiana y nos necesitaba para que diseñáramos un empaque para este proyecto que además de tener tremenda constelación de músicos, tenía también grandes artistas gráficos. El punto de partida fue el boceto que había realizado el pintor argentino Claudio Roncoli quién se había embarcado con Daniel en el proyecto desde un poco antes.
Con este punto de partida, decidimos cambiar muchos aspectos alrededor de algunos criterios de diseño que facilitaran la comunicación visual del disco y ayudaran a que el empaque contuviera toda la investigación y producción musical y gráfica que Daniel y Chaco realizaron con Magín.
La primera de estas decisiones consistió en quitar los nombre de todos los artistas de la portada, pues al ser tantos debían ser muy pequeños (dificultando la legibilidad) y quitándole contundencia a la imagen de la portada. Los enviamos a la contraportada para que al sostenerse el disco cerrado en las manos se tuviera en una cara a Magín y en la otra a sus amigos.
Decidimos también redibujar mucho del arte a mano (labor que realizó de forma magnífica Juan Felipe Martínez) puesto que sentíamos que la gráfica debía tener un carácter orgánico y manual que representara mucho mejor a Gamero, la tierra de origen de Magín. Con este mismo criterio decidimos que el material que se utilizaría para el empaque de CD fuera Earth pact un papel 100% de caña, no esmaltado y sin químicos blanqueadores.
Adicionalmente quitamos el lettering de Elliot de la portada pues (al igual que con los nombres del los invitados) le quitaba protagonismo a la imagen de Magín. Decidimos darle un lugar más protagónico en forma de troquel al interior del disco que estuviera completo gracias al color de los sobres que contenían el trabajo de los artistas gráficos que contribuyeron al proyecto. Para ello exploramos varias alternativas.
Uno de nuestros referentes visuales con los que queríamos enriquecer el proyecto era la gráfica de los picós, estos sistemas de sonido creados en el caribe colombiano y que se suelen decorar con colores vivos y llamas que envuelven feroces felinos y amenazantes serpientes que muestran sus colmillos o expulsan aún más fuego de la boca. Los picós representan perfectamente esa simbiosis entre la nueva y la vieja guardia de la música de la Costa atlántica colombiana que era una de las apuestas del disco.
Desarrollamos un lettering con base en estos mismos referentes e inicialmente pensamos en escribir su nombre en llamas, pero abandonamos la idea puesto que al ser el primer disco de Magín queríamos dar prioridad al aspecto comunicativo de su nombre y dejar el aspecto expresivo en manos de la imagen.
Una de las primeras versiones de la portada apostaba a que esta fuera completamente ilustrada. El boceto elaborado por Juan Felipe muestra esta posibilidad. Muchas de las ilustraciones que no usaron en portada como el jaguar y la cara de Magín se terminaron usando en el label del disco.
Luego decidimos combinar imágenes e ilustraciones un poco para recuperar el espíritu de collage que atraviesa todo el proyecto y que es evidente en la contraportada del disco. Decidimos que el cabezote en color rosado por un detalle en particular: Magín solía ser un cantante de bullerengue, si bien no era el único intérprete masculino es un género musical tradicionalmente cantado por mujeres. El color entonces es un guiño a esa particularidad del maestro.
Por esta línea decidimos inspirarnos en la técnica de rotulación en vidrio con hoja de estaño y pintura de esmalte que tiene la particularidad de no tener curvas, pues la lámina de estaño no soporta muy bien cortes sinuosos o se raja. Se utiliza aún en letreros a lo largo de toda latinoamérica pero su auge ha disminuido con la fabricación digital y con otras técnicas de rotulación.
En paralelo a la gráfica, fuimos desarrollando el empaque que debía contener todo el poder de Magín: un librito de 36 páginas con la investigación socio-etnomusicológica y los créditos de grabación del disco, el cd y dos paquetes de 9 postales que completan 18 en total (una por cada canción). Para ello se diseño un empaque deluxe de 4 cuerpos: 2 para las postales, 1 para el cd y otro para el librito. Se usó el papel earth pact y se pensó en un diseño en el que la impresión era solo por una cara, lo que permitió ahorrar costos de fabricación.
Pensando en la experiencia de usuario, quisimos que fuera el poderoso jaguar el encargado de expresar toda esa fuerza y vitalidad ancestrales que sentimos que representa la música de el gran Magín Díaz. Esa misma fuerza primitiva fue la que nos llevó a ganarnos el Grammy Latino y el Grammy Anglo en la misma categoría. Algo inédito para un diseño de empaque. ¡Larga vida a Magín a través de su música!